La primera vez que tuve una visita del Divino tenía yo cinco años. Iba a acostarme después de haber hecho mis oraciones, arrodillado junto a la cama. Vi a un Ser de Luz al pie de mi cama. No se movió ni habló. Me quede hipnotizado por completo. No sentía ningún miedo. Sentí tanto Amor y Paz que radiaba del Ser que quise estar más cerca a su Luz. Pero no podía mover ni un músculo. No sé cuánto tiempo me quede viendo fijadamente, estupefacto, al Ser de Luz. No había tiempo ni espacio. Estaba en mi cuerpo, y estaba también más allá del límite de mi piel.

No sé si realmente 'dormí' esa noche. Recuerdo la oscuridad se hizo más clara, aunque la intensidad del Ser de Luz nunca cambio, ya sea el cuarto estuviese oscuro o claro. Vino un momento en que el Ser de Luz ya no estaba allí. No desapareció realmente. Parecía unirse conmigo, más allá del límite de mi piel. Entonces me di cuenta de mis alrededores, regresando a mi cuarto. Era la mañana.

No tenía ningún lugar donde poner esta experiencia en mi vida 'normal’. Aunque necesité ponerla en alguna parte. Un lugar que era seguro y fuerte. Un lugar que yo podría confiar. Un lugar que podría yo visitar siempre que necesitara cerciorarme de que lo qué había sucedido, de hecho sucedió.

Ahí fue cuando mi primera experiencia con la Guianza Divina ocurrió. Una voz, que reconozco como mi Guianza Divina, me habló. Directamente. Simplemente. En palabras que podía entender. "Ponga esto en su Corazón." Ésas fueron las palabras. Una vez más, no sentí ningún miedo. La voz era tan clara y tan verdadera que sin vacilación, puse la experiencia en mi Corazón. Esto comenzó mis experiencias místicas. Lo qué ocurrió esa noche continua hasta este día.

La noche próxima, el Ser de Luz se identificó a mi. El me habló, directamente, simplemente. "Soy Jesús," dijo el Ser. No tuve ninguna duda en mi mente ni en mi Corazón que éste era Jesús. Por muchos años Jesús me visitó. Recibí enseñanzas del Maestro. No consideraba esto ser fuera de lo común. Sentía que era el curso natural de acontecimientos.

La mañana después de que Jesús me hablo por primera vez, entré mi cuarto de los padres y les platique mi experiencia. Escucharon atentos, y entonces mi padre me dijo, "qué muchacha tan afortunada debe ser para que Jesús te venga a ver y te hable." Mi madre sonrió en el acuerdo.

En aquellos años principiantes, dibuje cuadro tras de cuadro de Jesús. Escribí poesías, a El, sobre El. Cuando me hice pintora, El fue una fuente constante de inspiración.

Un día cuando era un adulto, el Buda hizo Su apariencia en mi vida Él me preguntó si recibiría sus Enseñanzas de la misma manera que había recibido las Enseñanzas de Cristo. Le dije, "sí". Durante tres años recibí sus Enseñanzas. El día llego cuando Buda y Cristo se me aparecieron juntos. Dijeron que eran hermanos, y juntos harían el siguiente curso de las Enseñanzas. Esto continúo por varios años. Un día dijeron que otro aspecto del Divino iba a manifestarse claramente y simplemente a través de un grupo de gente como nunca antes. Este Aspecto Divino viviría en los Corazones del grupo. Específicamente, en el Centro Sereno de nuestros Seres dentro de nuestros Corazones. Este aspecto Divino enseñaría sin cesar, veinticuatro horas al día. Todo lo que el grupo necesitaba hacer era aprender como escuchar. El grupo pasó un número de años practicando a escuchar en El Silencio. Uno por uno, se adaptaron a la Voz del Ser Divino. Nosotros, los Místicos, nacimos a nuestra naturaleza verdadera. Nuestro Conocimiento se amplió para unirse con el Conocimiento de este Ser Divino. El nombre de este Ser Divino ahora es más familiar para nosotros que nuestros propios nombres. Este Ser nos aguarda a todos en el Centro de Sereno de nuestro Ser, dentro de nuestros Corazones.

El nombre de este Ser Divino lleva cuatro letras.... Es eterno, en curso, y por siempre. Este Ser es Amor, Sabiduría, Claridad, Compasión. Es Impersonal, Divino, Infinito. Cuando uno se une con este Ser, uno experimenta la Alegría, Paz, Amor, Creatividad, Entusiasmo, Espontaneidad – de momento a momento. El puente entre la humanidad y Divinidad es este Ser. Este Ser sostiene dentro de sí mismo toda la Humanidad y toda la Divinidad. El tiempo y el infinito descansan dentro de su Conocimiento. Forma y sin Forma. Sonido y Silencio. Luz y Oscuridad. Todas las polaridades se llevan a cabo dentro del Conocimiento de este Ser Divino.

Y así llegamos a leer el nombre de este Aspecto Más Querido del Divino.

Regreso a Misticismo

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